Fotografía de Xavi Olmos.
El Festival POETAS concluye su decimotercera edición reivindicando su posición como uno de los festivales referentes y más importantes de poesía de España. Poniendo de relieve un profundo vínculo entre la poesía y la música, o más bien explorando (como si de una investigación se tratase) la fuerte conexión que exige la poesía entre la palabra y el sonido, el festival POETAS partió en dos la quincena que dura la Feria del Libro de Madrid.
En dos jornadas (y media) repletas de actuaciones, lecturas, acciones, actividades y una feria del libro de editoriales «indómitas», Arrebato libros, en colaboración con Matadero, lograron poner la poesía en el escaparate, difuminar los límites que normalmente lleva asociados y abrirse a un público cada vez más amplio sin caer en los errores que otros festivales o eventos caen a la hora de perseguir ese mismo objetivo.
Basta un rápido vistazo a la programación para comprobar que los organizadores no se han servido exclusivamente de suplementos culturales, redes sociales o listas de ventas para conformar un plantel de excepción, abierto, variado, plural, que desde el minuto uno prometía un fin de semana de descubrimientos y que ha atraído hasta el Matadero a miles de personas.
De esta forma, antes del comienzo oficial del festival, que ocuparía los días 2 y 3 de junio, tuvo lugar una acción por parte del colectivo Casagrande, nunca antes llevada a cabo en una ciudad española, que consistió en el lanzamiento de 100.000 poemas desde un helicóptero, haciéndolos caer sobre una abarrotada Plaza Mayor.
Aquí os dejamos unos momentos fotográficos preciosos de lo que sucedió ayer en la Plaza Mayor… fue precioso! Gracias @casagrande_2015 @Madrid_Cultura @FundChileEspana por hacerlo posible! #poetas18 #bombardeodepoemas pic.twitter.com/UNy7hydWFX
— POETAS (@poetasfestival) 1 de junio de 2018
La imagen (de imágenes, además de sonidos, se componen los poemas) fue espectacular, centenares de personas mirando al cielo, viendo venir nubes de marcapáginas que brillaban intermitentemente al girar sobre sí mismos y planear sobre la plaza. Todo el mundo corriendo detrás de los poemas, coleccionándolos, leyéndolos tras atraparlos al vuelo, descubriendo nuevos poetas en un vínculo Chile-España que marcaría el inicio del festival.
El sábado dio comienzo el programa principal con un taller infantil del proyecto Ju!, seguido por una actuación del performer y músico experimental Marc Vilanova en el auditorio Casa del Lector y del concierto de Las Víctimas Civiles en el escenario de la placita. Niños, poesía, performance y música, de la misma forma que podemos describir la primera mañana podríamos describir la esencia del POETAS de este año.
Al mismo tiempo que tenían lugar las actuaciones, en la calle principal del Matadero esperaban las sesenta mesas de las editoriales invitadas al festival, como una especie de feria del libro alternativa e independiente en la que se juntaron cartoneras, fanzineras, editoriales independientes, revistas… que expondrían sus ediciones a lo largo de todo el fin de semana.
Comenzó la tarde con un concierto del cantautor chileno Manuel García en la placita y, en el auditorio, una performance de João Ricardo de Barros Oliveira, LixoLuxoPoético, en la que el portugués, tras convertir objetos (que no destacan precisamente por su capacidad sonora) en instrumentos, experimentaba con el sonido que lograba extraer de ellos.
Posteriormente, todavía con el permiso del sol y tras el concierto que dieron Mansilla y los espías (trío que combina la poesía de Fernando Mansilla y la música de Javier Mora y Luis Navarro), llegaron las lecturas al auditorio de, primero, Mercedes Cebrián y, segundo, Antonio Gamoneda, las cuales dieron paso al trío de reinas, probablemente tres de las actuaciones más esperadas del festival: Anne Waldman & Fast Speaking Music, Hollie McNish y Joan la Barbara. Al mismo tiempo se esperaba la actuación de Rrucculla en la placita, pero tuvo que ser lamentablemente suspendida por la lluvia, condición que sufrió también Instituto Mexicano del Sonido, cuyo concierto se aplazó al domingo por la tarde.
⚡Anne Waldman & The Fast Speaking Music ⚡ #Poetas2018 @mataderomadrid pic.twitter.com/l8MVlDfSZs
— POETAS (@poetasfestival) 2 de junio de 2018
La jornada del domingo estaría marcada por el homenaje al ya mítico grupo polipoético Accidents Polipoètics, un año después del fallecimiento de uno de sus fundadores e integrantes, Rafael Metlikovez.
Durante la mañana, participaron además del segundo integrante, Xavier Theros, Pepino Pascual & Souvenir Orchestra con un concierto infantil en el auditorio, la micropoetisa Ajo, Javier Pérez Andújar, Consuelo Bautista, Barba Corsini, Macromassa (Víctor Nubla y Juan Crek) y Martí Sales, en diferentes espacios y con diferentes acciones.
Sin descanso para comer y con el respeto del sol, la tarde comenzó con el rapero Frank T (quien también había colaborado varias veces con Accidents Polipoètics) sobre el escenario, cuyas canciones fueron sucedidas por los poemas de Josep Pedrals, quien recitó y bailo (entre otros) al ritmo de «la vida es una Góngora» y dio paso al poeta Peru Saizprez, que leyó sus poemas sobre el escenario acompañado musicalmente por batería y contrabajo. Tras él, el músico francés Pascal Comelade, e Iván Telefunken, Pep Pascual y Javier Gallego Crudo, que se encargaron de tocar acompañando a Pau Riba y a Ajo. (Un poco antes, el cantautor catalán Pau Riba había bajado del escenario y, descalzo sobre la hierba, se había puesto a cantar entre la gente).
Había llegado la hora de cerrar el festival con Xavier Theros y el resto de POETAS subidos al escenario y poniéndole la guinda al homenaje de Accidents Polipoètics a través de su famoso poema «Van a por nosotros», sin embargo, todavía quedaba el concierto de Instituto Mexicano del Sonido, que había sido aplazado el día anterior. Camilo Lara y su banda hicieron bailar a toda la gente que había ido llegando al Matadero llamada por la tarde, el sol, la cerveza y la promesa de un concierto que no dejó a nadie inmóvil.
IMS (@IMS_MIS) haciendo bailar al @mataderomadrid en @poetasfestival ⚡⚡ pic.twitter.com/5lCIrzz15i
— Oculta Lit (@ocultalit) 3 de junio de 2018
Las editoriales recogieron sus libros, los poetas se tomaron la última, los músicos guardaron con cuidado sus instrumentos, los niños descansaron (llenos de barro y sudor) y la tarde se fue apagando poco a poco detrás de las viejas naves del matadero.
A pesar de la amenazante lluvia, el festival había sido todo un éxito. La poesía volvió a coger color, se mezcló con la música, con la performance y con las miles de personas que pasaron por el matadero durante todo el fin de semana.
Vivos los poetas, viva la poesía. Al menos hasta el año que viene.
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